Agua potable e higiene: Indicadores y retos para República Dominicana
- Oliver Guzmán | Ing. Civil
- 23 may 2020
- 4 Min. de lectura

Agua potable, saneamiento e higiene, son servicios esenciales que todos deberíamos tener garantizados, con acceso siempre que lo requiramos.
En tiempos de pandemia, donde una rigurosa higiene juega un papel fundamental para la prevención de contagios, nos preguntamos, ¿Y si no tenemos agua?
Para muchos, la higiene constante es una actividad rutinaria, para otros se puede llegar a convertir en una misión imposible, por la falta de acceso a servicios básicos, como son el agua potable dentro del hogar y el acceso a redes de saneamiento funcionales.
En 2015, los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron la “Agenda 2030 para el desarrollo sostenible” que incluye 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS). El ODS-6 es sobre “Agua limpia y saneamiento”, que contiene las metas 6.1 (sobre agua para consumo humano) y 6.2 (sobre saneamiento e higiene), entre otras. Este es fundamental para para alcanzar algunas de las metas del ODS-3 sobre “Salud y bienestar”.
Cuando hablamos de agua limpia, saneamiento e higiene, tendemos a pensar que son servicios exclusivos del hogar, sin embargo, son de suma importancia en todos los entornos, especialmente en los centros de educación y en los centros de salud.
La OMS y UNICEF tienen un Programa de Monitoreo Conjunto para el Suministro de Agua, Saneamiento e Higiene (JMP, por sus siglas en inglés), con reportes de estimaciones nacionales, regionales y globales del progreso en agua potable, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés) desde 1990.
Los niveles de servicio propuestos por el Programa de Monitoreo Conjunto OMS/UNICEF, son los siguientes:
Escalera JMP para servicios de agua potable

Escalera JMP para servicios de saneamiento

Escalera JMP para la higiene

Si nos concentramos en higiene, globalmente, 3 mil millones de personas (40% de la población mundial) carecen de una instalación para lavarse las manos con agua y jabón en el hogar, lo mismo que sucede en el 50% de las escuelas, afectando a 900 millones de niños, por otra parte, 4 de cada 10 centros de salud carecen de instalaciones para facilitar la higiene de manos en los lugares donde los pacientes reciben atención, así como de agua y jabón.

¿Cuál es el nivel de acceso en República Dominicana?
En República Dominicana, sólo el 81% de los hogares tenían acceso a agua potable (2017), mediante tuberías, con una marcada diferencia entre las zonas rurales y urbanas. En las zonas rurales la cobertura era de 66% y en las zonas urbanas de 84%.
Si notamos el crecimiento desde el año 2000 hasta el 2017, es preocupantemente bajo (+5%), crecimiento sólo reflejado en la parte rural (+8%), ya que en los espacios urbanos, la cobertura en vez de aumentar ha disminuido de 87% a 84% (-3%), para el mismo período.
De este 81% de cobertura mediante tuberías, el 96.69% tiene un nivel de servicio básico, lo que quiere decir que no se dispone de agua siempre que se necesite y totalmente libre de contaminación, a diferencia de otros países de Latinoamérica como Chile, Puerto Rico y Costa Rica que ofrecen el servicio con gestión de manera segura (disponible cuando se necesite y libre de contaminación) en un 98.64%, 94.08% y 93.80%, respectivamente.

En cuanto al saneamiento en el hogar, en el período del año 2000 al 2017, la cobertura del alcantarillado sanitario ha disminuido de 29% a 22% (-7%), mientras que el uso de pozos sépticos ha aumentado de 22% a 57% (+35%) y el uso de letrinas ha bajado de 39% a 16% (-23%).
La reducción en la cobertura del alcantarillado sanitario y el aumento en los sépticos, refleja un crecimiento inadecuado del sistema, que pone en riesgo la sanidad de la población y del propio medio natural.
Cuando se realiza la comparación entre los datos rurales y urbanos, en ese mismo período, se observa una tendencia similar en cuanto al decrecimiento en el uso de alcantarillado y letrinas y el aumento en el uso de sépticos.
Los valores para el 2017 son los siguientes:


En cuanto a la higiene en el hogar, el 55% de los dominicanos tienen un nivel de higiene básico, es decir, que disponen de al menos un lavamanos en el hogar, con agua y jabón. El 16% posee un nivel limitado, lo que quiere decir que a pesar de contar con el lavamanos, no cuentan con agua o jabón, el 29% restante no posee ninguna instalación de lavado de manos dentro de su vivienda.

En la base de datos del Programa de Monitoreo Conjunto para el Suministro de Agua, Saneamiento e Higiene (JMP), la República Dominicana no cuenta con datos para escuelas, ni para centros de salud, sin embargo ya observamos que los promedios mundiales no son muy alentadores y menos en la región de América Latina y el Caribe.
¿Qué ha pasado para estar así?
Falta de planificación y gestión, podría ser un buen resumen para lo que sucede con este sector en República Dominicana. No es posible explicar cómo la economía mantiene un crecimiento constante, llegando en 2019 a ser la de mayor crecimiento en Latinoamérica, sin embargo la cobertura y calidad del agua potable y saneamiento no reflejan este crecimiento.
Tenemos un sistema de agua potable insuficiente, con suministro intermitente en la mayor parte del territorio o sin suministro, incluso en el Distrito Nacional (Capital Dominicana) y con pérdidas que rondan el 60% del caudal inyectado, que combinado a la baja capacidad de almacenamiento, provoca escasez.
Las redes de alcantarillado, sanitario y pluvial, son escasas y deficientes, tanto que las personas muchas veces prefieren no conectarse (aunque tengan acceso). Las residuales que logran ser recolectadas tampoco es que tienen el mejor de los destinos, ya que se estima que el 95% de estas se descargan en los ríos o costas, sin ningún tratamiento previo.
Urge la construcción, rehabilitación y ampliación de redes para agua potable, residuales y pluviales (con sus respectivos sistemas de tratamiento), así como presas y reservorios. Se deben definir y ejecutar políticas públicas encaminadas a promover la expansión de sistemas de riego y el manejo eficiente del agua.
Ya es tiempo de hacerle frente a esto, es necesaria la aprobación del proyecto de Ley General de Agua, que lleva más de 15 años en el Congreso Nacional. El nuevo gobierno debe trabajar sin descanso por el robustecimiento de los sistemas. La inversión será grande, porque tenemos décadas de atraso, sin embargo no podemos perder más tiempo, hay que iniciar la transformación.
Fuente: WASHDATA
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